PrensaFANB / Lcda. Josmir Rodríguez / Fotos: Eduardo Granadillo.

Este viernes 7 de febrero se celebró en el Gran Salón General de Brigada Monseñor José Hernán Sánchez Porras, en el  Ministerio del Poder Popular para la Defensa, la Santa Eucaristía para dar gracias por el nuevo año, actividad donde anualmente se reúne la gran familia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para iniciar con recargada energía las tareas en defensa de la Patria.

Finalizada la homilía, el General en Jefe Vladimir Padrino López, vicepresidente sectorial de Soberanía Política, Seguridad y Paz y ministro del Poder Popular para la Defensa felicitó a la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela pues “allí estaba la juventud de la FANB, el talento deportivo, la capacidad y la calidad de nuestros atletas militares”, quienes demostraron excelentes condiciones durante los Juegos Inter-Academias Militares, donde predominó la confraternidad, la hermandad, la camaradería y la solidaridad.

Ley Constitucional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana

Así mismo, la máxima autoridad militar se refirió el a la Ley Constitucional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (LCFANB), destacando: “Hemos comenzado el año dando un paso fundamental para el futuro de nuestra institución. Se ha elevado el nivel de Ley Orgánica a Ley Constitucional de la FANB, en el marco de la Asamblea Nacional Constituyente que recoge el poder soberanísimo del pueblo”. Con la finalidad de “dar una fortaleza particular, estratégica, fundamental a la Fuerza Armada”, aseveró.

En este respecto la Ley Orgánica de la FANB creada en revolución en el año 2005, tuvo cinco reformas antes de dársele el pasado 4 de febrero, el rango de Ley Constitucional, otorgándole así a la Fuerza Armada una nueva visión discutida en debates de altura: “analizada, éticamente abordada, profesionalmente asumida en Estado Mayor Superior con disciplina y coherencia”. Agregó, que entre las reformas realizadas, está la incorporación de la Milicia Bolivariana, como un Componente Especial constituyendo un gran desafío para consolidar el sistema defensivo territorial.

De igual manera, expresó: “El más sagrado de los deberes militares es el amor a la Patria. El respeto y admiración constante a sus libertadores”, refiriéndose al primer artículo de la LCFANB. “Como soldado me siento profundamente satisfecho y feliz de tener una ley de este nivel para el futuro de la Institución más gloriosa que tiene la Patria, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana”.

Por otra parte, el GJ Padrino López hizo referencia a la nueva amenaza lanzada contra la independencia y soberanía patria, expresando que le llamaba la atención que “el presidente de una potencia mundial como la de Estados Unidos, haya llamado a aplastar y destruir a Venezuela”, enfatizando que “escuchar algo así de un presidente, es la antinomia entre lo moral y lo político”. Afirmó, no saber hacia dónde va el mundo, pero con toda claridad expresó que “después de las contiendas vendrán las glorias, se verá un mundo refundándose en su sistema de naciones unidas, en su derecho internacional, filosóficamente en función del ser humano, de más alimento y menos bombas, refundándose en la paz y no en la guerra, así lo veremos”, ratificó.

“Pareciera entonces que se ha colocado en el centro del debate electoral de los Estados Unidos a la República Bolivariana de Venezuela”. En consecuencia, expresó: “Yo sencillamente como soldado, les digo que Venezuela no será aplastada ni destruida quien quiera o así lo desee. Venezuela va a ser defendida con honor y con dignidad. Venezuela tiene la fuerza moral y espiritual de sus libertadores”.

Finalizó su discurso, exhortando a la FANB al trabajo fecundo, en función de la solidaridad de las víctimas de la guerra económica, del bloqueo y la agresión imperial. Siendo la Fuerza Armada, un reflejo del Estado, “debe ser luz y sal –como lo dice el evangelio-, luz entre las tinieblas del mal, y sal para curar de los vicios, de las perversidades, de las desviaciones del ser humano”, debiendo los soldados de la Patria, brillar entre la oscuridad por su disciplina, por su contenido moral, y ético manteniendo la luz en cada rincón del país.