Al cumplirse 214 años del arribo del Generalísimo Sebastián Francisco de Miranda y su Expedición Libertadora a las costas venezolanas, surge la imperiosa remembranza que exalta el valor épico de aquella primera izada de la Bandera Nacional, la misma que se consagró victoriosa en múltiples batallas y que -en épocas distintas- el Padre Simón Bolívar y el Comandante Hugo Chávez, enarbolaron con dignidad y gloria.

La gesta por la emancipación de Venezuela propició la creación de este valeroso símbolo, expresión de la firmeza y voluntad inclaudicable por defender nuestra sagrada tierra, y del anhelo de concebirla libre de todo tutelaje extranjero. Un signo de identidad política, territorial, histórica y cultural, que permitió reconocer en todo el continente y en el mundo entero, a la nación venezolana.

Hoy, el excelso Pabellón exhibe ocho estrellas, producto de la inclusión de la Provincia de Guayana, tal como lo decretara el Genio de América, el 20 de noviembre de 1817, y lo materializara el máximo líder de la Revolución Bolivariana, un 3 de agosto del año 2006. La armoniosa policromía del amarillo, azul y rojo, nos inspira constantemente a mantener los ideales libertarios y a preservar la irrenunciable condición de pueblo soberano.

En ese histórico sentido, así como Miranda izó el Tricolor Patrio en la Vela de Coro, los soldados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana -de la mano con el legado de Bolívar y Chávez- continuamos enarbolándolo con honrosa altivez, y con él, la lucha antiimperialista por la independencia, la igualdad y la paz, en franca correspondencia con la condición revolucionaria de los hijos e hijas de esta cuna de libertadores y libertadoras.

¡Chávez vive!… ¡La Patria sigue!

¡Independencia y Patria Socialista!… ¡Viviremos y venceremos!

¡Leales siempre!… ¡Traidores nunca!

¡Independencia o Nada!

Caracas,  3 de agosto de 2020

VLADIMIR PADRINO LÓPEZ

General en Jefe