No existe una definición universal del vocablo innovación. La palabra “innovación” –desde una perspectiva etimológica y especialmente teórica- vino a resolver la tensión existente entre “imitación” e “invención”. Hasta la aparición de la “innovación” en las teorías de cambio social y económico, las frases “imitación” e “invención” eran vistas como opuestas, así como también lo eran en la práctica social. A partir de los años veinte del siglo XX, la invención se entendió como un proceso que ahora combina a la imitación como parte de una secuencia (modelo lineal): la invención es seguida por la imitación. Ahora bien, la “innovación” irrumpe como vocablo para caracterizar actividades y a procesos, donde la producción de una invención y su uso son discutidos en lugar de contrastados.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (2006), en el “Manual de Oslo”, innovación es definida como “las actividades innovadoras se corresponden con todas las operaciones científicas, tecnológicas, organizativas, financieras y comerciales que conducen efectivamente, o tienen por objeto conducir, a la introducción de innovaciones. Algunas de estas actividades son innovadoras en sí mismas, otras no son nuevas pero son necesarias para la introducción de innovaciones. Las actividades de innovación incluyen también a las de I+D que no están directamente vinculadas a la introducción de una innovación particular”. Sin embargo, este intento de conceptualizar el vocablo no logra una clara definición de qué es, sino identificando las actividades que le son propias; como definir el viento a través de sus efectos en los árboles.

Por otro lado, en los inicios del mejor entendimiento social y económico de la innovación, el socialista Joseph Schumpeter señala que ésta “involucra los procesos mediante los cuales las empresas logran las competencias y diseñan productos y procesos de producción que son nuevos para ellos, independientemente que no sean nuevos para el universo, o incluso la nación”. El autor habla sobre la creación destructiva, en virtud de que toda innovación puede conducir a monopolios, al tiempo que la aparición de un nuevo producto pudiera acarrear la improductividad de otros, sosteniendo así las mejores condiciones del capital.

En atención a estas claras teorías, con el propósito de recorrer los espacios de esta categoría en organizaciones de producción social, la fundación sostiene sus esfuerzos como “Centro de Innovación para el Desarrollo” con el precepto que la “innovación es la implementación de un nuevo producto (bien o servicio) o mejorado significativamente, o un proceso, un nuevo método de producción, un nuevo método organizacional o mejoras en general para el talento humano de la organización, y del pueblo en general. Una característica de la innovación es que ésta debe haber sido ya implementada antes de poder calificarla como tal (“Extraído del Decreto Presidencial No. 80” Creación de la Fundación “Müröntö: Centro de Innovación para el Desarrollo”, 2013).