¡Madre!… Arroyo caudaloso de amor fecundo y sempiterno… Mujer sublime que en su incondicional entrega no conoce límites, horarios, dolencias ni cansancio… Alma capaz de ofrecerlo todo sin esperar nada a cambio; fuente inagotable de afectos; cálido templo de sabiduría; refugio de comprensión e inestimable paciencia; columna indestructible que nos sostiene; brújula que orienta el transitar de nuestros pasos… En su corazón generoso se cristaliza la prodigiosa integridad de un ser a quien el Supremo Creador y la naturaleza misma, dotaron de admirables cualidades humanas: protectora, compañera, maestra, cómplice, consejera y amiga.

Con infinita gratitud, honraremos perennemente su magnánima figura, pues desde la inmensidad de su bondad, nos ha brindado el más importante de todos los privilegios: la vida. A ella debemos nuestra presencia en este mundo y ante cualquier adversidad, nos mantiene a salvo con sus bendiciones. Por eso, jamás debe desestimarse la oportunidad para encumbrar la abnegación, valentía y estoicismo de quien -aun en medio de las más complejas circunstancias- forja con su ternura y templanza, el futuro y los sueños de los hijos e hijas de esta gran Nación.

Hoy, en nombre de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, expreso mis más fervientes felicitaciones y sincero reconocimiento a las heroicas, hermosas e inteligentes madres venezolanas, especialmente a aquellas que, impregnadas de un insondable amor por sus vástagos, consagran su existencia a la defensa de esta Patria, hogar sagrado que los ve nacer y crecer.  ¡Que el Dios Todopoderoso y la Santísima Virgen las bendiga!

¡Chávez vive!… ¡La Patria sigue!

¡Independencia y Patria Socialista!… ¡Viviremos y Venceremos!

¡Independencia o Nada!  ¡Leales siempre!… ¡Traidores nunca!

¡El Sol de Venezuela nace en el Esequibo!

Caracas, 9 de mayo de 2021

VLADIMIR PADRINO LÓPEZ

General en jefe