PrensaFANB

Este miércoles 31 de marzo, desde el Patio de Honor de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela, en Fuerte Tiuna, Caracas, con infinito amor y devoción, la sagrada imagen del Nazareno de San Pablo, fue recibida por los hombres y mujeres de la institución castrense, quienes rindieron tributo con fervorosas oraciones, como símbolo de bendición y recogimiento que reaviva la fe cristiana en la gran familia de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y del pueblo de Venezuela.

Este solemne acto religioso contó con la participación del vicepresidente sectorial de Soberanía Política, Seguridad y Paz y Ministro del Poder Popular para la Defensa, General en Jefe Vladimir Padrino López, en compañía del Estado Mayor Superior de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana junto a una representación de cadetes de las academias militares y personal de tropa alistada de las unidades operativas acantonadas en el Distrito Capital.

Con profunda adhesión espiritual, el titular de la cartera castrense, expresó: “Es un inmenso placer y adoración tener al Nazareno de San Pablo, en el patio de honor de la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el corazón de la gloriosa FANB, para pedirle su bendición y su protección, aferrados siempre a su regazo para que los soldados de la Patria sigan el camino trazado, el camino de la verdad”. Apegado a este entrañable sentimiento de reflexión, indicó: “Hoy, quienes orgullosamente conformamos la institución armada, te imploramos por la integridad de nuestra Patria, una Patria sana en todos sus sentidos, que brille con sus propias luces, para continuar defendiendo nuestros más sagrados intereses nacionales”.

De igual manera, agregó: “Hoy, miércoles santo, recordamos tu pasión, tu muerte y tu resurrección; por eso nosotros, valoramos tu sacrificio y nos mantenemos incólume en nuestros principios, moral, perseverancia y nuestro amor a la Patria, a ti, nuestro Redentor del mundo y a nuestro pueblo”.

Para finalizar su emotiva intervención, el General Padrino López elevó una plegaria a nuestro señor Jesucristo, hijo del Dios vivo, implorando: “Señor, tú que salvaste al pueblo de Caracas, de aquella peste hace siglos, te pedimos -también- por la salvación y la salud de la humanidad; y de este noble pueblo venezolano que merece tantas bendiciones. Pueblo y FANB suplicamos fervientemente tu insondable misericordia”.